lunes, 8 de febrero de 2010

LUCY

Lucy (AL 288-1) es el esqueleto de un homínido perteneciente a la especie Australopithecus afarensis, de 3,2 millones de años, descubierto por el estadounidense Donald Johanson el 24 de noviembre de 1974 a 150 km de Adís Abeba, Etiopía.

Se trata del esqueleto de una hembra de alrededor de 1 metro de altura, de aproximadamente 27 kg de peso (en vida), de unos 20 años de edad (las muelas del juicio estaban recién salidas) y que al parecer tuvo hijos, aunque no se sabe cuántos.

El nombre Lucy proviene de la canción "Lucy in the sky with diamonds" del conjunto musical The Beatles, que escuchaban los miembros del grupo investigador la noche posterior al hallazgo.

Dotada de un cráneo minúsculo, comparable al de un simio, Lucy había andado sobre sus miembros posteriores, signo formal de una evolución hacia la hominización. La capacidad bípeda de Lucy puede ser deducida de la forma de su pelvis, así como también de la articulación de la rodilla.

Hasta 1977, la comunidad científica no tomó en consideración el hallazgo de Johanson y su equipo del International Afar Research Expedition. La revista Science aceptó publicar el descubrimiento de un homínido que desde entonces se llamó Australopithecus afarensis

HOMO SAPIENS SAPIENS


Los seres humanos constituyen, desde el punto de vista biológico, una sola especie animal: Homo sapiens. Son también llamados genéricamente hombres, aunque ese término se aplica también específicamente a los individuos de sexo masculino, por lo que se propone el uso de términos como ser humano, especie humana y evitar la confusión con el varón. Incluso existe una propuesta para usar términos más neutros de género como humán/humanes.[1]

En el pasado, el género Homo fue más diversificado, y durante el último millón y medio de años incluyó numerosas otras especies. Desde la extinción del Homo neanderthalensis, hace 25.000 años y del Homo floresiensis, hace unos 12.000 años, el Homo sapiens es la única especie viva del género Homo que aún prevalece en el tiempo.

Hasta hace poco, la biología utilizaba un nombre trinomial Homo sapiens sapiens para esta especie, pero más recientemente se ha descartado el nexo filogenético entre el Neandertal y la actual humanidad,[2] por lo que se usa exclusivamente el nombre binomial. Homo sapiens pertenece a una estirpe de Primates, los hominoideos. Evolutivamente se diferenció en África y de ese ancestro surgió la familia de la que forman parte los homínidos.

Filosóficamente, quizá no haya tarea más compleja para la Humanidad que definirse a sí misma, debido a la complejidad que esto representa. Desconocemos los alcances y el destino de nuestra propia especie. El papel del hombre en el Universo es múltiple: como admirador, artífice y como ser que ha procurado, en algún modo, trascender y dejar una impronta o huella en el Universo.

HOMO FLORESIENSIS


El Hombre de Flores (Homo floresiensis), también apodado "Hobbit", es el nombre propuesto para una posible especie recientemente descrita del género Homo, extraordinaria por el pequeño tamaño de su cuerpo y su cerebro, y por su reciente supervivencia, pues se cree que fue contemporánea con los humanos modernos (Homo sapiens) en la isla indonesia de Flores.Se descubrió un esqueleto subfósil, datado hace 18.000 años, designado como LB1, muy completo excepto por los huesos del brazo, que todavía no se habían encontrado, en yacimientos en la cueva de Liang Bua en 2003.[1] [2] Posteriormente, en el mismo lugar en 2004 se recuperaron partes de otros nueve individuos, todos diminutos, incluida una mandíbula designada como LB6, así como los huesos del brazo derecho pertenecientes al ejemplar original y herramientas de piedras igualmente pequeñas de estratos comprendidos de entre 90.000 a 13.000 años de antigüedad.[3]
La isla de Flores ha sido descrita (en la revista Nature) como «una especie de mundo perdido», donde animales arcaicos, largamente extintos en el resto del mundo, habían evolucionado a formas gigantes y enanas por especiación alopátrica. La isla tenía elefantes enanos (una especie de Stegodon) y lagartos gigantes similares al dragón de Komodo, así como el Homo floresiensis, que puede ser considerado una especie de humano enano.Los descubridores han apodado a los miembros de la diminuta especie «hobbits», como la raza ficticia de Tolkien que en sus libros son gente pequeña. El Homo floresiensis, tiene unos 74.000 años de antigüedad. También están ampliamente presentes en esta cueva sofisticados utensilios de piedra de un tamaño considerado adecuado para un humano de 1 metro de estatura. Dichos utensilios parecen tener una antigüedad entre 95.000 y 13.000 años y están asociados con estegodontes jóvenes, presumiblemente presas del hombre de FloresLos especímenes no están fosilizados, sino que tienen lo que ha sido descrito en un artículo de Nature «la consistencia del papel mojado secándose» (una vez expuestos, los huesos deben dejarse secar antes de que puedan ser extraídos). Además, encontraron en el mismo lugar sofisticados utensilios de piedra de un tamaño considerado adecuado para el Homo floresiensis.

Los investigadores esperan encontrar ADN mitocondrial en buen estado para compararlo con muestras de especímenes no fosilizados de H. neanderthalensis y H. sapiens similares. Sin embargo, la probabilidad de que se haya conservado ADN es baja, pues éste se degrada más rápidamente en entornos tropicales templados, donde se sabe que no se conserva más que algunas docenas de años. La contaminación del entorno cercano parece altamente probable dado el ambiente húmedo en el que fueron encontrados los especímenes.